Si quieres contemplar las vistas del valle del Matarraña desde un punto de vista privilegiado, no olvides visitar el Castillo de Valderrobres, una majestuosa fortaleza del S. XIII desde la que te sentirás como el señor de todos los alrededores.
Historia del Castillo de Valderrobres
De estilo gótico, la construcción del castillo comenzó a finales del S XIV por orden de los obispos zaragozanos para que fuera su residencia y, de hecho, lo fue hasta finales del siglo XVII, cuando se abandonó a su suerte. Durante sus años de esplendor fue habitado, además, por diversas familias nobles de la zona e, incluso, la reina Doña Leonor de Alburqueque lo utilizó como residencia ocasional
Una vez abandonada, la fortificación entró en declive, hasta que en 1931 fue declarada Monumento Nacional, aunque no fue hasta los años 80 cuando comenzó su restauración, convirtiéndola en el monumento que podemos visitar ahora.
Actualmente, el castillo se encuentra bajo la protección de la Ley 16/1985 de Patrimonio Español.
Qué ver en el Castillo de Valderrobres
En un estado de conservación espectacular, el Castillo de Valderrobres permite acercarse a lo que fue la vida en esta fortaleza aragonesa en sus años de esplendor. Entre otros, podemos visitar:
- Cárcel de los capellanes: como su nombre indica, era la prisión en la que se encarcelaba a los miembros de la curia. Se pueden apreciar, en su construcción, dos fases distintas.
- Bodega: saliendo de la cárcel se accede a la bodega, en la que se pueden ver una prensa de madera para el vino y un antiguo carro.
- Recibidor: también es posible sentirse como el señor de Valderrobres o uno de los numerosos nobles que lo visitaban atravesando la puerta principal, que da acceso al recibidor y la sala capitular.
- Caballerizas: el interés de esta sala y la de los mozos de cuadra estriba en que son las dos únicas que conservan el techo original de cañón apuntado.
- Cocina: te sentirás como en el S XIV observando la cúpula construida para facilitar la salida de los humos del fogón, el horno, el desagüe y el pasaplatos, que solo se utilizaba con ocasión de los grandes banquetes que se ofrecían en el castillo.
- Salón de las Chimeneas: llamado así porque en sus paredes hay chimeneas de gran tamaño y ventanas con banco lateral. Esta sala y la anterior se utilizan actualmente como galería de exposiciones.
Además, en tu visita al Castillo podrás conocer la sala capitular, las dos despensas, el salón sur, la sala dorada, los patios de la segunda planta, la olivanera (un almacén de aceite de la época) y las galerías. Antes de finalizar tu visita, podrás acceder al museo subterráneo, donde encontrarás interesantes piezas arqueológicas encontradas en la zona.
¿Cuándo visitar el Castillo de Valderrobres?
El castillo está abierto durante todo el año en horario de mañana y tarde, aunque conviene consultar los horarios con antelación, pues puede haber cambios por eventos concretos, aunque la mejor época para visitarlo es el verano: sus gruesas paredes dulcifican la temperatura del exterior y durante algunos sábados de julio y en el mes de agosto existen visitas nocturnas, que añaden un ápice de magia y misterio a la fortaleza.
¿Dónde dormir cerca de Valderrobres?
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