Un hotel con mucho encanto en Matarraña

El Cresol es un hotel rural boutique de 6 habitaciones construido sobre un antiguo molino de aceite de principios del XVIII. El atrevido equilibrio entre el carácter rústico de la casa y el arte contemporáneo que decora cada uno de sus espacios lo convierten en un lugar muy especial donde sentirse dueño del tiempo.

Fue en la Semana Santa del 2001 cuando al escapar de la ciudad en busca de lo auténtico y tradicional descubrimos el Matarraña, una comarca repleta de naturaleza y de historia que nos dio a conocer Calaceite, un pueblo que nos hizo soñar y a ese sueño lo llamamos Cresol.

Hotel rural en Matarraña

Todos y cada uno de nuestros rincones han sido concebidos para vivir y ser vividos. Disfrútalos y siéntete como en tu propia casa.

Además, durante tu estancia en nuestro hotel-molino podrás realizar todo tipo de actividades culturales que cautivarán tus sentidos: conocer el pueblo de Calaceite y todo lo que ofrece a sus turistas, visitar el cercano poblado ibérico de San Antonio, pasear por las cercanías del río Matarraña observando el maravilloso paisaje…

Ven a disfrutar en El Cresol, uno de los mejores hoteles en Calaceite .

Espacios con magia en Matarraña

Conocida como la Toscana española, la comarca del Matarraña ofrece innumerables atractivos y rincones singulares en los que perderse durante un fin de semana, unas vacaciones o una escapada de relax, ya sea en pareja o con amigos.

Disfruta de las actividades de ocio relacionadas con el aceite y el vino, los dos motores económicos de la zona, así como de una gastronomía singular pensada para satisfacer incluso los paladares más exigentes.

Nuestro hotel es perfecto para que los adultos se relajen, disfrutando del silencio y de la combinación de espacios tradicionales con mobiliario y decoración actual, que alimentan todos los sentidos, en uno de los mejores hoteles en Matarraña.

Qué opinan nuestros clientes

Lugar precioso, acogedor con mucho encanto y todo muy cuidado al detalle. Es muy acogedor y familiar. La señora que regenta el hotel; Rosa, es una persona dulce, atenta, servicial, amable, cariñosa, entregada y siempre dispuesta con un trato a los huéspedes inmejorable, te hace sentir como en casa. Hemos disfrutado muchísimo de la estancia y de todos sus rincones, sin duda un lugar que hay que visitar para sentir su esencia y desconectar; sólo entrar en el hotel te quedas prendada de sus instalaciones, es impresionante. 100% recomendado

Lugar muy relajado y acogedor desde que entras por la puerta principal. Bastante limpio y silencioso. Yo no suelo desayunar, pero me habían recomendado el desayuno que allí te sirven, y la verdad es algo que sí o sí debes pedirte, no solo es rico, sino que todos los productos son de la zona, son de calidad y además Rosa te los sirve con mucho mimo. Ha sido una experiencia que pienso repetir.

Nos ha encantado muchísimo este lugar y la atención de Rosa, el hotel tiene mucho encanto, ha destacar la belleza del mismo y las vistas desde la habitación hojiblanca. El desayuno espectacular por la variedad y la calidad de los productos que son en su mayoría caseros, tienen leche vegetal y quesos variados. Por poner un pequeñísimo pero, es que el aparcamiento está facilitado pero no está junto al hotel. Por lo demás una magnífica estancia. Muchas gracias!.